viernes, 21 de febrero de 2020

DESPENALIZACIÓN DE LA MUERTE ASISTIDA: LA EUTANASIA SE ABRE CAMINO EN PORTUGAL.




La eutanasia empieza hoy 21 de febrero de 2020 a abrirse camino en Portugal con la aprobación en el Parlamento de cinco proyectos de ley sobre la despenalización de la "muerte asistida", un asunto que divide a la sociedad y cuyos detractores piden que se dirima en un gran referendo nacional.


El hemiciclo, que vetó otras propuestas para despenalizar la eutanasia en 2018, dio hoy luz verde al quinteto de nuevas iniciativas, presentadas por el gobernante Partido Socialista, el marxista Bloco de Esquerda, la fuerza animalista PAN y la ecologista PEV, además de Iniciativa Liberal.

Los textos pasarán ahora a las comisiones competentes, donde serán estudiados en profundidad y eventualmente modificados, antes de volver al pleno para una segunda y definitiva votación que carece de fecha, pero que se prevé para dentro de varias semanas.


En su origen, las cinco propuestas son muy similares: el solicitante deberá ser mayor de edad, sin problemas mentales, y estar en situación de sufrimiento "duradero e insoportable" con enfermedad o lesión incurable y fatal.

Además, habrá de confirmar varias veces su voluntad, pasando por un comité de expertos, y los médicos y enfermeros podrán argumentar objeción de conciencia para no aplicarla e inmediatamente remitir al paciente a profesionales que sí lleven a cabo esta práctica.

Se pretende así acabar con las actuales penas de entre uno y ocho años de cárcel que se aplican en Portugal a quienes ayuden a una persona a morir, dependiendo de cómo se tipifique: homicidio privilegiado, homicidio a petición de la víctima o crimen de incitación o auxilio al suicidio.

La votación de hoy, una de las más esperadas de la legislatura que arrancó a finales de octubre, ha estado precedida de una enorme tensión por la división que la eutanasia genera en la sociedad portuguesa.

Según un estudio del Instituto de Ciencias Sociales del Instituto Universitario de Lisboa divulgado hoy, un 43 % está a favor de la legalización de la eutanasia, frente a un 28 % que se opone y un 22 % que no tiene una opinión consolidada al respecto.

En este contexto, medio millar de personas se manifestaron esta mañana a las puertas del Parlamento en Lisboa para exigir un referendo sobre la "muerte asistida", argumento usado por los opositores a la medida tras constatar que había en el hemiciclo una mayoría favorable al cambio.

Entre pancartas con frases como "Con la eutanasia no es una persona quien muere, sino toda la sociedad", y cánticos de "Toda vida tiene dignidad", los asistentes, en su mayoría jóvenes, mostraron su desacuerdo y sacaron tarjetas rojas ante el edificio.

"Venimos a mostrar una tarjeta roja a este Parlamento que está votando una ley, proyectos de eutanasia, después de que en las elecciones de octubre no fue un tema, no se habló de eutanasia, no estaba en los programas electorales", dijo António Saldanha, de 19 años, que considera la votación ilegítima.

Una opinión compartida por Fátima Vilaça, de 55 años, que cuestiona la finalidad de la despenalización.

"A los portugueses nos gusta la familia, nos importan los nuestros, los vecinos, los amigos, y estamos queriendo vender una ley de la eutanasia con una capa de compasión, pero la eutanasia no tiene nada de compasión porque el día en que matemos por compasión, estamos matando la compasión", aseguró.

Son argumentos que se repitieron en el debate en el hemiciclo, a pesar de las reiteradas intervenciones de partidos a favor, que esgrimieron que la eutanasia es una medida voluntaria y que "amplía libertades", según el líder del animalista PAN, André Silva.

"El miedo no nos puede talar la valentía e impedirnos avanzar en el dominio de la consagración de derechos", afirmó ante una cámara revolucionada con la intervención del ultraderechista André Ventura, del partido Chega, quien citó a Adolf Hitler.

La eutanasia "tuvo como su gran impulsor a Adolf Hitler, quien firmó en 1939 un decreto que despenalizó la eutanasia en Alemania", según Ventura, lo que generó murmullos entre los diputados y el gallinero, abarrotado por decenas de ciudadanos.

Especialmente llamativa fue la posición del Partido Comunista Portugués, que votó en contra porque "un país no puede crear instrumentos legales para ayudar a morir cuando no garantiza medios para ayudar a vivir", argumento que se ganó el aplauso cerrado de la bancada del democristiano CDS.

Apenas una prueba de que las sorpresas se sucedían hasta culminar en el líder del conservador PSD (principal partido de la oposición), el siempre moderado Rui Rio, quien hoy se desmarcó y aprovechó la libertad de voto de la formación para apoyar la despenalización de la eutanasia.

jueves, 20 de febrero de 2020

TOMA DE DECISIONES CON PACIENTES ADULTOS QUE CARECEN DE CAPACIDAD.



El respeto a la autonomía del paciente es fundamental para la ética profesional y los médicos deben involucrar a los pacientes en las decisiones de atención de la salud de acuerdo con la capacidad de toma de decisiones del paciente.

Incluso cuando una afección o trastorno médico perjudica la capacidad de toma de decisiones del paciente, el paciente aún puede participar en algunos aspectos de la toma de decisiones. Los médicos deben involucrar a los pacientes cuya capacidad se ve afectada en las decisiones que involucran su propia atención en la mayor medida posible, incluso cuando el paciente ha designado previamente a un sustituto para tomar decisiones en su nombre.

Cuando un paciente carece de capacidad para tomar decisiones, el médico tiene la responsabilidad ética de:

(a) Identificar un sustituto apropiado para tomar decisiones en nombre del paciente, ya sea:

1. La persona que el paciente designó como sustituto a través de un poder notarial duradero para atención médica u otro mecanismo.

2. Un miembro de la familia u otro asociado íntimo, de conformidad con la ley y la política aplicables si el paciente no ha designado previamente un sustituto.

(b) Reconocer que el sustituto del paciente tiene derecho al mismo respeto que el paciente.

(c) Brindar asesoramiento, orientación y apoyo al sustituto.

(d) Ayudar al sustituto a tomar decisiones de acuerdo con el estándar de juicio sustituido, basando las decisiones en:

1. Las preferencias del paciente (si las hay) según lo expresado en una directiva anticipada o según lo documentado en la historia clínica.

2. Las opiniones del paciente sobre la vida y cómo se debe vivir.

3. Cómo el paciente construyó su historia de vida.

4. Las actitudes del paciente hacia la enfermedad, el sufrimiento y ciertos procedimientos médicos.

(e) Ayudar al sustituto a tomar decisiones de acuerdo con el estándar de mejor interés cuando las preferencias y valores del paciente no se conocen y no se pueden inferir razonablemente, como cuando el paciente no ha expresado previamente sus preferencias o nunca ha tenido la capacidad de tomar decisiones. Las mejores decisiones de interés deben basarse en:

1. El dolor y el sufrimiento asociados con la intervención.

2. El grado y el potencial de beneficio.

3. Deficiencias que pueden resultar de la intervención.

4. Calidad de vida según la experiencia del paciente.

(f) Consultar a un comité de ética u otro recurso institucional cuando:

1. No hay un sustituto disponible o hay un desacuerdo continuo sobre quién es el sustituto apropiado.

2. El desacuerdo continuo sobre una decisión de tratamiento no puede resolverse.

3. El médico juzga que la decisión del sustituto:

a. Claramente no es lo que el paciente hubiera decidido cuando las preferencias del paciente son conocidas o pueden inferirse.

b. No se puede juzgar razonablemente que sea lo mejor para el paciente.

c. Principalmente sirve los intereses del sustituto u otro tercero en lugar del paciente.

Principios de ética médica de AMA: I, III, VIII



LOS 10 PRINCIPALES PROBLEMAS ÉTICOS QUE SE DEBEN ENSEÑAR A LOS ESTUDIANTES DE MEDICINA.



Asociación Médica de Estados Unidos.

La ética médica puede afectar el desarrollo profesional y personal de los estudiantes de medicina, pero ¿cuáles son los problemas específicos actuales que los educadores médicos deben prepararlos como futuros médicos? Si está buscando ideas concretas, no busque más.

Aunque no existe un enfoque único para enseñar ética médica y profesionalismo, los estudiantes de medicina deben comprender los estándares éticos y cómo cumplirlos mientras aún están en la escuela de medicina y mientras se preparan para la práctica médica. Ahí es donde la modernización de la educación ética se vuelve valiosa.

Aquí hay 10 de los problemas éticos más emergentes para que los estudiantes de medicina exploren.

1. Mantener la salud y el bienestar como médico.

"Cuando la salud o el bienestar del médico se ven comprometidos, también lo puede hacer la seguridad y la eficacia de la atención médica proporcionada", dice el  Código de Ética Médica de AMA . "Para preservar la calidad de su desempeño, los médicos tienen la responsabilidad de mantener su salud y bienestar, interpretados en términos generales como la prevención o el tratamiento de enfermedades agudas o crónicas, incluidas las enfermedades mentales, las discapacidades y el estrés laboral". Aprenda cómo los médicos, y los futuros médicos, pueden cumplir con esta responsabilidad individual.

2. Usar las redes sociales profesionalmente.

"Participar en las redes sociales y otras oportunidades similares puede apoyar la expresión personal de los médicos, permitir a los médicos individuales tener una presencia profesional en línea, fomentar la colegialidad y la camaradería dentro de la profesión, proporcionar oportunidades para difundir ampliamente los mensajes de salud pública y otra comunicación de salud", dice el Código AMA.

"Las redes sociales, los blogs y otras formas de comunicación en línea también crean nuevos desafíos para la relación médico-paciente". Obtenga más información sobre las consideraciones que los médicos deben sopesar al mantener una presencia en línea.

3. Informar sobre comportamientos incompetentes o poco éticos por parte de colegas.

"La medicina tiene una larga tradición de autorregulación, basada en el compromiso permanente de los médicos para salvaguardar el bienestar de los pacientes y la confianza del público", dice el Código AMA. "La obligación de denunciar conductas incompetentes o poco éticas que pueden poner a los pacientes en riesgo se reconoce tanto en los estándares éticos de la profesión como en la ley, y los médicos deben poder informar tal conducta sin temor o pérdida de favor". 

4. Involucrar a estudiantes de medicina en la atención al paciente.

"Tener contacto con los pacientes es esencial para capacitar a los estudiantes de medicina, y tanto los pacientes como el público se benefician de la atención integrada que brindan los equipos de atención médica que incluyen estudiantes de medicina",  dice el Código de Ética Médica de AMA  . "Sin embargo, la obligación de desarrollar la próxima generación de médicos debe equilibrarse con la libertad de los pacientes de elegir a quién recibir el tratamiento".

5. Aceptar regalos de pacientes.

"Los pacientes ofrecen obsequios a un médico por muchas razones", dice el Código AMA. "La interacción de estos factores es compleja y los médicos deben tenerlos en cuenta antes de aceptar o rechazar un regalo".

6. Trabajando con tomadores de decisiones sustitutos.

Se debe aprender a reconocer las circunstancias en las que se necesita un sustituto, determinar los enfoques para identificar a un sustituto y describir las responsabilidades del sustituto y del médico en la toma de decisiones para pacientes que carecen de capacidad.

7. Abordar las disparidades en la atención de la salud.

"Los estereotipos, prejuicios o prejuicios basados ​​en las expectativas de género y otras evaluaciones arbitrarias de cualquier individuo pueden manifestarse en una variedad de formas sutiles", dice el Código AMA. “Las diferencias en el tratamiento que no están directamente relacionadas con las diferencias en las necesidades o preferencias clínicas de los pacientes individuales constituyen variaciones inapropiadas en la atención médica. Dichas variaciones pueden contribuir a resultados de salud que son considerablemente peores en los miembros de algunas poblaciones que en los miembros de las poblaciones mayoritarias.

"Esto representa un desafío importante para los médicos, que éticamente están llamados a proporcionar la misma calidad de atención a todos los pacientes sin tener en cuenta las características personales médicamente irrelevantes".

8. Manejo de conflictos de intereses.

“El objetivo principal de la profesión médica es prestar servicio a la humanidad y la recompensa o ganancia financiera es una consideración subordinada. Bajo ninguna circunstancia los médicos pueden colocar sus propios intereses financieros por encima del bienestar de sus pacientes ”, dice la  opinión del Código de Ética Médica de AMA  sobre  conflictos de intereses en la atención al paciente .

9. Navegando sobre genética y medicina reproductiva.

El progreso continuo en las tecnologías genéticas abre nuevas perspectivas para comprender y tratar la enfermedad, mientras que los avances en las tecnologías reproductivas ofrecen oportunidades para crear familias de formas novedosas, lo que plantea desafíos para los pacientes, las familias, los médicos y la sociedad.

Esto  cubre temas clave como:
  • Pruebas genéticas para la toma de decisiones reproductivas.
  • Tecnología de reproducción asistida
  • Almacenamiento y uso de embriones humanos.


10. Tomar decisiones cuando los valores profesionales y personales divergen.

Aquí se trata de cómo las identidades personales y profesionales pueden informar la toma de decisiones clínicas y cómo equilibrar la integridad profesional y las expectativas del paciente en este tipo de escenarios. 

El médico  debe aprender a reconocer cómo los diferentes elementos de su identidad informan su enfoque para la toma de decisiones clínicas, analizando cómo mantener la integridad profesional mientras atiende al paciente y gestiona sus expectativas, y aplicar las consideraciones clave como una herramienta de toma de decisiones en estas situaciones.

miércoles, 19 de febrero de 2020

LA ÉTICA MÉDICA EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA. EL ÚLTIMO CASO DE INVESTIGACIÓN CONTRARIA A LA ÉTICA.



La tentación de jugar a ser dios a costa de vidas humanas: urge actualizar la ley.

El avance de la ciencia tiene un límite. La ética dibuja la línea roja que no se debe traspasar, la historia enseña que muchas investigaciones ‘macabras’ se han cobrado vidas. La normativa que afecta a la investigación con humanos es de 2007, los expertos aconsejan adecuarla.

La normativa que afecta a la investigación con humanos es de 2007, los expertos aconsejan adecuarla. / CDC / Unsplash

Hace pocos días descubríamos que el investigador He Jiankui y dos miembros de su equipo irán a la cárcel. Han sido condenados a tres años de cárcel por manipular genéticamente a tres bebés, algo que hacían de forma pionera y sin la aprobación de las autoridades pertinentes. El equipo editó los embriones con la técnica CRISPR-Cas9, una especie de ‘tijeras’ moleculares. En este caso concreto, los investigadores querían hacerlas resistentes al virus del VIH.

Aunque lo anunciaron a bombo y platillo, lo que no dijeron es que carecían del permiso de las autoridades para realizar esos experimentos. Ni siquiera intentaron conseguirlos, porque lo normal es que no lo hubiesen conseguido, así que decidieron falsificar los papeles. Lo que ahora se ha descubierto es que esta intervención ha producido mutaciones indeseadas en los genomas de los bebés, por lo que tendrán que ser controlados toda su vida por un equipo de médicos.

Es lo que pasa cuando médicos y científicos juegan a ser dioses. El avance científico y tecnológico no se puede hacer obviando la salud de las personas. Pero el tema de estos bebés no es un caso aislado, nunca lo es.

Límites de la innovación.

Los miembros de los comités de ética de las instituciones son los responsables de analizar y aprobar o prohibir los estudios que los investigadores y médicos quieren realizar en humanos o en animales. "Éste y otros investigadores se han saltado todas las normas. El equipo chino cruzó muchas líneas rojas. Cometió un delito. La ambición tomó las decisiones, ese experimento nunca debería haberse realizado. Desde los organismos de los que forma parte este investigador, los expertos aconsejan a los países y a sus instituciones que actualicen sus normativas y sus códigos éticos para proteger a los pacientes", señala Luis Montoliu, investigador del CSIC y miembro de su Comité de Ética, quien forma parte además del panel de Ética del Consejo Europeo de Investigación.

"Necesitamos adecuar la legislación, porque la ley que afecta a estos casos es de 2007. Desde entonces se ha innovado mucho y se han desarrollado muchos procedimientos nuevos que afectan a la investigación en seres humanos, como la investigación con las células somáticas, que se pueden reprogramar para convertirlas en cualquier tipo de célula", apunta el investigador.

«El equipo chino cruzó muchas líneas. Cometió un delito», afirma Montoliu (CSIC)

Aunque el Juramento Hipocrático se escribió en el siglo V a.C., y ya recogía la forma en la que los médicos debían tratar a los pacientes, hubo que esperar al siglo XX para que los reguladores se diesen cuenta de que había que ir más allá. Ya no era un tema exclusivo de la práctica médica, sino de cómo se usaba seres humanos para el avance de la investigación, para conseguir innovaciones en ciencia.

El código de ética médica de Nuremberg, que recoge una serie de principios que regulan la investigación en seres humanos, tiene un origen oscuro. El documento se publicó en 1947 tras los juicios a la jerarquía nazi durante la Segunda Guerra mundial. En ellos, algunos genocidas fueron juzgados por las atrocidades que hicieron a los prisioneros en los campos de concentración, convertidos en muchos casos en auténticas cobayas humanas.

"La bioética, y la preocupación por regular estos temas, surgió tras estos juicios. El juramento hipocrático ya no era suficiente, había que profundizar en estos temas", concluye Montoliu.

Aunque hoy en día se siguen incumpliendo las normas, lo normal es que la ciencia y la investigación sigan unos protocolos estrictos para evitar que una persona sufra cuando se convierte en el sujeto del experimento. En la actualidad, además, y aunque parezca ridículo tener que destacarlo, la persona se debe someter a ellos de forma voluntaria. Pero esto, tristemente, no siempre ha sido así.

Las guerras provocan genocidios y ocultan relatos difíciles de digerir. Desde Estados Unidos a Japón, pasando por Guatemala o Suecia, gobiernos y grupos en el poder han usado a prisioneros o a poblaciones marginadas para los experimentos más horrendos en pro del avance de la ciencia.

El Código de Nuremberg planteaba 10 puntos que protegían a las personas de prácticas científicas inadecuadas. Entre ellos, se señala que la persona debe someterse voluntariamente a esas pruebas y que puede revocar su consentimiento en cualquier momento. Asimismo, el médico se compromete a evitar cualquier tipo de sufrimiento físico o mental al paciente. Y, aunque parezca obvio, también incluye que no debe realizarse ninguna investigación si se cree que puede ocasionar la muerte o provocar una incapacidad al sujeto que participa en el estudio.

Cuesta pensar que vivimos en un mundo en el que es necesario dejar por escrito que no se debe torturar a otro ser humano. También cuesta asumir que estas normas se siguen incumpliendo.

martes, 18 de febrero de 2020

GRANDES DESAFÍOS DE LA BIOÉTICA Y LA ÉTICA MÉDICA.


1. Introducción.

Resulta sumamente complejo poder anticipar los problemas de orden bioético que se deberán afrontar durante este siglo. El desarrollo vertiginoso de las biotecnologías y las transformaciones de orden axiológico y social que experimenta el mundo hacen verdaderamente difícil articular una prospectiva con mínimas garantías de éxito.

Los padres fundadores del diálogo bioético tampoco podían imaginar, cuando empezaron a reunirse para identificar problemas y posibles líneas de solución y se crearon los primeros comités de ética asistencial y los primeros institutos de bioética del mundo, cuáles serían los dilemas que, en la actualidad, ocuparían la centralidad de la bioética fundamental y clínica. Una vez más, la realidad ha superado la imaginación ética.

En este sentido, lo más cauto y prudente, sería modificar el título de este artículo o, cuanto menos, avisar al lector de que se trata de un esquema o más bien de un esbozo de los escenarios de futuro que, en la actualidad, podemos vislumbrar. Sin embargo, la realidad supera la ficción y en el terreno de la bioética emergen problemas y situaciones dilemáticas que jamás se habían preludiado con anterioridad, pero que exigen una respuesta razonable, debidamente argumentada y sentada sobre criterios sólidos.

Nos hallamos frente a un problema nuevo respecto al momento fundacional: el equívoco que atesora la palabra bioética en el presente. No se trata de cifrar las múltiples definiciones que se han elaborado desde la década de los setenta del siglo XX hasta el momento presente, pero sí constatar que el vocablo se ha convertido en un significante problemático, incluso ambiguo, lo cual todavía hace más difícil la tarea de identificar los grandes desafíos de futuro.

Lo que al principio fue un diálogo interdisciplinario entre científicos y teólogos, se ha convertido, con el tiempo, en una disciplina, en una materia opcional en programas universitarios, en una ética aplicada o en un tratado para exponer, pero la bioética, como subraya Francesc Abel, es, ante todo, un diálogo interdisciplinario que tiene como finalidad esclarecer los problemas y hallar soluciones viables y razonables a los problemas de gestión y de administración de la vida en todas sus distintas formas y fases de desarrollo1.

Desde los años setenta del siglo pasado, se han multiplicado exponencialmente las ramas de la denominada ética aplicada (applied ethics), de tal modo que algunas cuestiones que originariamente formaban parte del diálogo bioético en un sentido amplio, son objeto de estudio especializado dentro de otros recipientes de saber. No cabe duda que, en la actualidad, es muy difícil dibujar las fronteras disciplinares y aclarar los campos competenciales del diálogo bioético. Debates de ética clínica se ubican dentro del campo de la bioética, pero también los que atañen al cuidado de los animales y las plantas, a la sensibilidad ecoética, a la cultura del agua, a la distribución de los recursos energéticos globales y el crecimiento demográfico.

Más allá de las denominaciones (ecoética, tecnoética, ética de la biotecnología, ética ambiental, geoética…), cualquier debate ético que tenga como epicentro la vida en cualquiera de sus formas, puede considerarse, en pleno sentido, de un debate de naturaleza bioética.

Partiendo de esta idea tan amplia que vincula el concepto de bioética con el significado que adquirió este término al principio, presentamos, a continuación, algunos focos temáticos, a modo de esquema, que incluyen tanto aspectos globales como locales, asistenciales como ecológicos, pero que tienen todos ellos como foco de reflexión el cuidado, la gestión y la administración de la vida, en cualquiera de sus formas, desde la vida unicelular hasta la complejidad inherente de la vida humana.

2. Desafíos de orden global.

Se impone la necesidad de articular una bioética social de carácter global que trascienda los debates internos de los países más desarrollados del planeta y que tenga como objeto formal de reflexión el desarrollo de una vida digna sobre el planeta, más allá de las fronteras entre norte y sur y las pertinencias nacionales.

La reflexión sobre gestión de la vida humana y no humana en el conjunto del planeta debe ser el punto de reflexión de la bioética global y, precisamente, por ello, debe tener un acento inevitablemente social. Desde este punto de vista, reivindicamos, dentro del campo de la bioética, áreas del saber que en los últimos años han quedado desplazadas en marginalidad, porque se han focalizado los temas en el ámbito clínico asistencial y se han centrado los debates en el uso y manejo de las nuevas biotecnologías, lo cual es un debate de países del denominado primer mundo, pero no un debate bioético global.

2.1. Vidas desperdiciadas. Distribución justa de los recursos.

La calidad de vida (quality of life) de una gran parte de la humanidad que se halla en condiciones de extrema vulnerabilidad económica y social como consecuencia de una mala distribución de los recursos alimentarios y energéticos que hay en el planeta es el primer gran desafío que debe abordar una bioética social de carácter global.

Uno de los aspectos más claros de la bioética social de carácter global es su pragmatismo, esto es, la capacidad para articular propuestas que sean efectivas y aplicables tanto por parte de las organizaciones como de los profesionales. La distribución justa de los recursos es esencial para garantizar el desarrollo y el crecimiento efectivo de miles de seres humanos y su mínima calidad de existencia

A pesar de las campañas de sensibilización y del meritorio trabajo de organizaciones no gubernamentales, las soluciones presentadas hasta el presente han resultado ser insuficientes para cruzar el abismo entre los dos mundos, para garantizar a todo ser humano una vida digna. He ahí un desafío de primer orden en la bioética del futuro, un desafío donde existe consenso en la comunidad internacional y que requiere, por parte de los teóricos, propuestas que sean aplicables y que puedan suscitar un cambio estructural en la dinámica de los últimos lustros.

2.2. Ética de la gestión del agua.

El agua es un bien absolutamente imprescindible para el desarrollo físico de la vida humana. Cabe recordar que prácticamente el ochenta por ciento del cuerpo humano está constituido por H2O, lo que significa que es un bien necesario para poder existir y permanecer.

Es un sarcasmo que en el planeta denominado azul todavía haya millones de seres humanos que no tengan acceso a este bien fundamental y que mueran por causa de ello. Es una ironía que, a pesar del vertiginoso desarrollo de la ingeniería y de la tecnología en tantos campos, no se haya garantizado un sistema de abastecimiento universal para todos los seres humanos.

La ética de la gestión del agua es parte integrante de la bioética. Aunque el agua no es un ser vivo, es la condición de posibilidad de la vida y de la vida humana en particular, por lo tanto, la reflexión ética sobre la distribución justa de la misma y el abastecimiento es fundamental, así como la limitación de su uso. Todo apunta a que el agua será uno de los grandes focos de debate de la bioética, máxime si se produce, como anticipan algunos expertos, un problema de escasez de agua en el futuro y se requiera una distribución justa y equitativa de la misma.

2.3. Ecoética y bioética. Espacios de intersección.

Uno de los temas que va ocupar el centro del debate bioético o ecoético en el futuro inmediato será la gestión de la naturaleza considerada como un todo.

El paradigma moderno que ha regulado el vínculo entre el ser humano y el conjunto de la naturaleza ha conducido al colapso. La visión puramente instrumental del conjunto de la naturaleza, entendida como materia extensa, o como reserva energética indefinida, fruto del proceso de desacralización de la misma y desmitificación del mundo, ha tenido como consecuencia la crisis ecológica global que no sólo tiene consecuencias dramáticas para los países más industrializados del planeta, sino para todos, también para quienes jamás participaron de este paradigma de comprensión, porque los efectos son globales en un mundo interdependiente como el nuestro.

El debate ecoético, omnipresente desde la década de los setenta del siglo XX, seguirá siendo uno de los focos problemáticos más difíciles de dilucidar, pues, el cambio de paradigma exige un cambio de actitud frente a la naturaleza, pero también un nuevo modo de producción y de consumo. Mantener los niveles de calidad de vida, de comodidad y de confort tecnológico y, además, articular una relación sostenible con el conjunto de la naturaleza no es un binomio fácil de mantener, pero resultará esencial hallar fórmulas sostenibles para todos.

Los efectos de la crisis ecológica no sólo tienen consecuencias para las generaciones presentes, sino también para las futuras, lo cual nos exige una ética y una política de la responsabilidad2.

2.4. Derechos de los seres no humanos.

Uno de los debates subsidiarios de la ecoética y que, en los últimos años, ha adquirido un gran eco mediático y también político, es el de los supuestos derechos de los seres no humanos. No nos referimos sólo a un determinado subconjunto de mamíferos, sino al debate total que incluye también la posibilidad de extender los derechos más allá del reino de los mamíferos y de los animales. Este debate, de gran calado antropológico, ético y jurídico, puede hacer tambalear los cimientos de lo que antaño se llamó derecho natural y la misma noción de sujeto de derecho.

La creciente sensibilidad social a favor de la defensa de los animales, las propuestas de los grupos animalistas que, desde distintos altavoces, reclaman respeto y dignidad para los animales, han propiciado un debate que no ha hecho más empezar respecto las fronteras del derecho, los límites de la condición humana.

En el caso que se reconozcan derechos a los seres no humanos desde un punto de vista jurídico, ello tendrá consecuencias importantes en el manejo, en la explotación y en el sacrificio de animales; por lo tanto, en el campo de la industria ganadera que tiene un peso muy relevante en el conjunto del planeta.

2.5. Las fronteras entre lo humano y lo técnico.

El desarrollo exponencial de la robótica, de la nanotecnología, de la inteligencia artificial genera nuevos interrogantes en torno a las fronteras entre lo humano y lo técnico. Las líneas divisorias han dejado de ser claras y se convierten en trazos borrosos. Existen teóricos que defienden que la distinción entre lo humano y el artefacto es puramente gradual o cuantitativa, funcional u operacional, mientras que otros autores defienden la tesis que existe una diferencia cualitativa y sustancial entre el ser humano y cualquier artefacto.

La existencia de artefactos capaces de desarrollar funciones humanas con más precisión y velocidad suscita un amplio debate. La fabricación de máquinas con capacidad para sentir placer y dolor y para pensar, plantea también dudas respecto a si se deben extender los derechos, a estos artefactos inteligentes que trascienden las propiedades humanas.

La colonización tecnológica del mundo de la vida es ya un hecho en las sociedades más desarrolladas del planeta y plantea nuevos interrogantes sobre la alteración que conlleva la presencia del factor técnico en la vida cotidiana de las personas, sobre los efectos que tiene tanto en el plano positivo como negativo.

2.6. Ética gereontológica. La administración pública del cuidado.

Uno de los debates bioéticos de futuro en los países más desarrollados del mundo será el de la administración pública de los cuidados a las personas mayores dependientes. ¿Quién va a cuidar de esta gran población? ¿Cómo se van a sufragar los costes? ¿Dónde van a tener lugar estos cuidados?

Todas las prospectivas demográficas indican que la población europea está envejeciendo a pasos agigantados, con lo cual se presume que en los próximos lustros se contará con una gran masa de población anciana y dependiente que va a requerir cuidados de todo tipo.

La reflexión ética sobre el cuidar, sobre la responsabilidad pública en el ejercicio del cuidar en un marco de profundas transformaciones de los roles intrafamiliares y del sistema axiológico vigente plantea dudas muy fundadas sobre cómo hacer posible y viable económicamente el ejercicio público de este cuidado.

La ética gerontológica, que forma parte de la bioética en la medida en que su campo de reflexión es la vida en la etapa de la ancianidad, será un gran campo de futuro dentro de la bioética, pues se deberán buscar formas de resolución de este enorme problema para reconstruir el necesario pacto tácito intergeneracional.

El aumento de la longevidad y de la calidad de vida de las personas es, sin lugar a dudas, un síntoma de progreso, pero como consecuencia de ello, también crece el número de personas ancianas dependientes tanto desde un punto de vista físico como psíquico. El cuidado de dichas personas plantea un coste social, económico y emocional que debe poderse desarrollar dignamente, pero que difícilmente podrá asumir el Estado social si no cambian las prioridades de los gobernantes a la hora de distribuir los recursos o aumenta significativamente el número de trabajadores de aportan riqueza económica a la sociedad.

2.7. El advenimiento de una nueva utopía. El transhumanismo.

Los teóricos del transhumanismo consideran que la introducción de las nuevas biotecnologías en el seno de la condición humana representa una significativa mejora de la calidad de vida de las personas y el nacimiento de una sociedad nueva, la emergencia de un nuevo tipo de seres que ya no podrán denominarse, en sentido estricto, humanos, sino más bien, posthumanos.

Se parte de un supuesto: el poder tecnológico es de tal magnitud, ha adquirido tal nivel de desarrollo que no sólo puede transformar el entorno natural más allá de límites insospechados, sino que, además, tiene la capacidad de transformar tan enteramente la naturaleza humana que ésta adquiera unas capacidades y tenga unas posibilidades jamás conocidas en la historia hasta el presente.

Todo el planteamiento se nutre de una concepción ilimitada del poder de las biotecnologías, de su capacidad para superar los márgenes y las privaciones de la condición humana, pero también para generar entidades, híbridos, singularidades enteramente nuevas en el conjunto del universo.

El debate, más allá de las miradas extremas, contiene una gran seriedad y posee un profundo calado filosófico, pues está en juego, la misma idea de naturaleza humana y los límites de la finitud3. La tecnología no sólo ha transformado los modos de producción y de consumo, de distribución y de información, sino la misma naturaleza de las realidades físicas y la misma condición humana.

Es un debate filosófico que tiene como objetivo precisar las fronteras entre lo que es legítimo e ilegítimo, lo que se puede hacer con la tecnología y lo que, en ningún caso, se puede hacer. Pertenece, en sentido estricto, a la filosofía práctica o ética y, particularmente, a la ética de la tecnología o tecnoética.

Lo que está latente en este debate no sólo es el papel de la tecnología en nuestro mundo, sino la misma identidad de la persona humana y el horizonte de futuro colectivo. El posthumanismo se presenta, solapadamente, como una nueva utopía después del declive de las últimas utopías sociales y políticas que no tiene su epicentro en la revolución obrera, tampoco en el movimiento colectivo, sino en el poder tecnológico.

El gran relato del posthumanismo apunta hacia una sociedad ideal, liberada de las privaciones y de las servidumbres de la finitud humana, una especie de reino de los cielos inmanente forjado a partir de las tecnologías de la vida, de las nanotecnologías, de las tecnologías de la información y de la comunicación, todo ello combinado con la robótica y con la inteligencia artificial

Muchos seres humanos, gracias a la presencia de artefactos tecnológicos incrustados en su naturaleza, mejoran significativamente su calidad de vida. Esto es un dato incuestionable a nivel científico. Gracias a estos sofisticados artilugios, pueden desarrollar funciones que, por causa de alguna patología, no pueden desenvolver, superan alguna privación o carencia congénita que les limita gravemente.

No cabe duda que esta posibilidad sólo puede ser valorada positivamente desde un punto de vista ético, siempre y cuando este tipo de intervenciones no sea exclusiva para una determinada élite social y cuando tales transformaciones no perjudiquen a la persona.

Este tipo de injerencias tecnológicas en el ser más íntimo de las personas les capacita para desarrollar funciones, tareas y capacidades que jamás podrían desarrollar por sus propios medios naturales. Basta con pensar en objetos tan habituales en la vida cotidiana como las gafas, las válvulas, los trasplantes de órganos, las prótesis y otras muchas incorporaciones tecnológicas en el cuerpo humano.

La biotecnología no sólo nos capacita para corregir disfunciones, salvar privaciones, curar patologías, sanar enfermedades; también otorga nuevos poderes, mejora nuestras capacidades, ensancha nuestras posibilidades naturales, nos hace hábiles para alcanzar retos que, en estado puro, sería imposible. Ahí está, de hecho, el quid de la cuestión, el meollo del debate.

El debate tiene lugar cuando estas introducciones no solamente alteran la funcionalidad del ser humano, sino su misma esencia, su naturaleza más íntima. Ello presupone una idea compartida de la naturaleza o de la esencia humana, lo cual es, realmente inexistente en el plano filosófico. Algunos consideran que este tipo de introducciones vulneran la naturaleza humana; otros, en cambio, piensan que estas transformaciones no cambian lo sustantivo de nuestra esencia.

El debate posee calado antropológico, pues sólo si se desvela lo que es la naturaleza humana o, cuanto menos, lo que está latente en los interlocutores cuando se refieren a la naturaleza humana, puede aclararse algo del debate en cuestión. Si un ser humano, gracias a la injerencia de lo tecnológico, puede desarrollar funciones muy superiores a las que cualquier ser humano en condiciones normales puede desenvolver, este tipo resultante, ¿puede considerarse un ser humano? Si no es un ser humano, entonces, ¿Cómo debemos llamar a un ser que posee facultades extraordinarias gracias la colonización tecnológica de su cuerpo, de su cerebro o de su sistema motor?

El transhumanismo abre la posibilidad a distinguir colectivos humanos no en virtud de su etnia, poder económico, ubicación social o creencias religiosas, sino a partir de la injerencia del factor tecnológico, lo cual, en el caso de llegar a ser una realidad social, podría generar graves discriminaciones e injusticias. De ahí la necesidad de regular, jurídicamente, esta situación pensando en el interés general y, especialmente, respetando el principio de justicia. Esta regulación no sólo debe tener un alcance nacional o europeo, sino que debería tener una dimensión global o transnacional dada la magnitud del problema.

Nadie puede olvidar el trasfondo económico y comercial de este debate y los intereses de las grandes corporaciones por promover este tipo de ofertas, pues muy probablemente tendrían un gran nicho de mercado en los estamentos más pudientes de la sociedad.

Las nuevas tecnologías no sólo introducen cambios en la exterioridad, sino también en la interioridad de la persona. La distinción entre interioridad y exterioridad está presente en grandes filósofos occidentales (san Agustín, Teilhard de Chardin, Edith Stein, para poner sólo tres ejemplos). Cuando nos referimos a la exterioridad, aludimos a esa dimensión de la persona de carácter material, que opone resistencia, que puede percibirse a través de los sentidos externos. Se corresponde con la corporeidad, con la imagen pública, con la indumentaria.

Cuando nos referimos a la interioridad evocamos todas esas facultades y elementos que forman parte inherente de la persona, pero que no percibimos a través de los sentidos externos. Nos referimos a los que los filósofos medievales denominaron las facultades del alma, como la imaginación, la inteligencia, la memoria, la voluntad, las emociones, los sueños; todo ese mundo intangible que forma parte sustancial de nuestra identidad.

El desarrollo de la cirugía estética, de los implantes, de la microcirugía, permite alterar, significativamente, la exterioridad del ser humano, esto es su corporeidad, su imagen pública, su apariencia, pero las biotecnologías pueden modificar elementos propios de nuestra interioridad, de lo intangible que hay en cada ser humano, su forma de recordar, pero también el contenido de sus recuerdos, pueden alterar su facultad de imaginar, de proyectar, de calcular, de analizar, en definitiva, todo el centro de operaciones mentales propias del yo reflexivo.

Si la tecnología produce un cambio en la exterioridad y también en la interioridad de todo ser humano, la identidad de este se ve completamente afectada, de tal modo que emerge un nuevo yo en un nuevo cuerpo, con una nueva memoria y un nuevo proyecto vital, en definitiva, una entidad que ya no representa una continuidad con la anterior, sino un cambio sustantivo.

Este debate merece mucha atención, porque no solamente está en juego la calidad de vida, sino la misma esencia de la condición humana. No somos seres acabados; somos seres en transición, en camino, llamados a devenir lo que todavía no somos, pero sería un error creer que la tecnología, por sofisticada que sea, puede vencer la finitud, la vulnerabilidad, esto es, la condición mortal de la persona humana.

En el trasfondo del posthumanismo late esta tesis: la finitud puede ser, definitivamente, superada a través de la sofisticación tecnológica. Cuando decimos finitud, nos referimos a la idea de un ser limitado, con fronteras. Es evidente que, gracias al desarrollo de inteligencia y de la tecnología, se pueden superar barreras, límites que, en tiempos pasados, parecían imposibles de vencer, pero partimos de una afirmación muy común en la antropología filosófica contemporánea: la finitud es un rasgo esencial del ente humano.

Existe una constelación de conceptos filosóficos, articulados a lo largo del siglo XX, que se refieren a este rasgo esencial de nuestra condición: la labilidad (Paul Ricoeur), la vulnerabilidad (Emmanuel Levinas), la finitud (Karl Jaspers), la indigencia (Martin Heidegger), la mendicidad (María Zambrano), el ser carencial (Gabriel Marcel) o la noción de ser fronterizo (Eugenio Trías).

Aunque no evocan, exactamente, el mismo significado, todos ellos tienen, para decirlo con Ludwig Wittgenstein, un aire de familia, y se refieren a la idea de un ser frágil y desamparado, dependiente y heterónomo. Esta antropología filosófica está a las antípodas de la que está latente en el posthumanismo, donde el ser humano, es capaz de vencer su condición ontológica a través de la tecnología y devenir algo completamente distinto, cualitativamente diferente. Esta es la fe o la creencia fundamental, no probada, sobre la que se erige el posthumanismo y el pilar de su utopía futurista. El ser humano se erige, de este modo, en el artífice de una evolución regulada por la inteligencia y ejecutada a través de las biotecnologías.

Se puede cruzar el límite y situar la frontera en otro plano, pero sigue habiendo una frontera, un límite. A nuestro juicio, el límite de la finitud es insuperable porque forma parte consubstancial del ser humano. La finitud se expresa de múltiples modos: a través de la enfermedad, del fracaso, del dolor, de la angustia, de la culpa, de ignorancia, de la impotencia, del desamparo y por supuesto, a través de la muerte, que es la máxima expresión de nuestra finitud.

En términos generales, los principales críticos del posthumanismo y del transhumanismo consideran esencial mantener un debate interdisciplinario permanente sobre las relaciones entre lo natural, lo social y lo humano, pues estos movimientos significan la transformación de esas relaciones como las hemos entendido hasta el día de hoy, lo cual significa que, en ningún caso, es válido un acercamiento frívolo.

2.8. El debate de la eugenesia liberal.

El último debate que tendrá que afrontar la bioética y el bioderecho en el futuro inminente no sólo está en el modo de activar las potencialidades inherentes al ser humano, sino en crear nuevas potencialidades con la intervención de biotecnologías, capacidades que no están en la naturaleza humana en cuanto tal.

¿Podemos mejorar a nuestros futuros hijos antes de nacer? ¿Podemos modificarles genéticamente a través de las biotecnologías para que tengan unas cualidades que jamás tendrían si respetamos su genotipo?

Nos referimos a la cuestión de la eugenesia liberal. En este debate está latente la discusión sobre la noción de filiación, de paternidad, de maternidad, pero también está inoculada una temática enormemente compleja desde el punto de vista bioético que es el del estatuto ético y jurídico del nasciturus.

Respecto a este punto, compartimos las tesis de Jürgen Habermas. Según el autor de la Teoría de la acción comunicativa (1981), la eugenesia liberal es una práctica que tiende a difuminar las fronteras entre personas y cosas, pues el día que los padres consideren su descendencia como un producto moldeable para el que elaborar un diseño acorde a su parecer, ejercerían sobre sus criaturas manipuladas genéticamente una forma de disposición que afectaría a los fundamentos somáticos de la autorrelación espontánea y de la libertad ética de otra persona, disposición que hasta ahora sólo parecía permitido tener sobre cosas, no sobre personas (4).

NOTAS.

(1) Cf. Abel, F. (2001). Bioética: orígenes, presente y futuro. Barcelona: IBB-Fundación Mapfre.

(2) Cf. Jonas, H. (1995). El principio de responsabilidad. Barcelona: Paidós.

(3) Cf. Ballesteros, J. y Fernández, E. (Coords.). (2007). Bioética y posthumanismo. Pamplona: Thomson-Aranzadi; López, E. y Enrique, J. (2008). Posthumanismo, materialismo y subjetividad. Política y sociedad, 45 (3) 123-137.

(4) Cf. Habermas, J. (2002). El futuro de la naturaleza humana. Barcelona: Paidós, 25.

miércoles, 12 de febrero de 2020

A FONDO: EUTANASIA ¿CÓMO SE REGULA EN EL MUNDO?



Distintas legislaciones, códigos éticos, recomendaciones, datos y experiencia de los diferentes países del mundo donde se practica la muerte digna. Este reportaje le dará una visión completa

Por Beatriz Talegón

Ayer por la tarde (se refiere al 11 de febrero de 2020) se daba luz verde a la proposición de ley que hará posible despenalizar la eutanasia en España. De esta manera, cuando se culmine el proceso legislativo, España será el cuarto país de Europa, junto a Luxemburgo, Bélgica y Holanda donde será legal morir de manera digna y voluntariamente.

A nivel mundial, ocupará el sexto puesto, junto a Colombia y Canadá.

El pasado año se puso en marcha el proceso en Vitoria (Australia) para proceder a su regulación.

Son setenta millones de estadounidenses de nueve estados de EEUU los que tienen derecho a un suicidio asistido, aunque solamente cuando su supervivencia se estime en un periodo de 6 meses o menos. Diecinueve estados están actualmente analizando cómo sumarse a esta regulación que ya está implantada en Oregón (1994), Washington (2008), Montana (2009), Vermont (2013), Colorado (2016), California (2016), Hawai (2018), Nueva Jersey (2019), Maine (2019), y Washington (2016). Este estudio de impacto de las leyes de muerte asistida en la asistencia sanitaria de EEUU durante 2019 aporta todos los datos sobre la materia.

Precisamente, la experiencia que tiene el estado de Oregon se ha plasmado en este documento, que sirve de guía para poder basarse en las lecciones aprendidas al respecto de «cómo asumirla complejidad de los cuidados al final de la vida».

Abordar esta cuestión responde a la consideración, principalmente, de la opinión pública, puesto que según los sondeos realizados, un 84% de la población española estaría de acuerdo con la eutanasia para casos de enfermedad irreversible. Así lo apuntaba Metroscopia en 2017.

Ya en el año 2015 la cifra era de un 77,5% según el CIS.

Situación en otros países del mundo.

Países Bajos.

Holanda: en abril del año 2002 se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia. Pero fue el único por poco tiempo, pues inmediatamente después en Bélgica y Luxemburgo se procedió a legalizarla del mismo modo. Son los tres países de europa donde es legal la muerte asistida.

En Holanda se aplica para enfermos con dolores insorportables y con enfermedades irreversibles. Es el paciente quien debe pedirle al facultativo que dé los pasos oportunos. El médico, por su parte, tiene la obligación de consultar con otro facultativo para tomar la decisión definitiva.

En el informe sobre los datosrelativos a la eutanasia en Países Bajos, se refleja el número de usuarios que la han solicitado (17.900) y a cuántos finalmente se les practicó (6.800).

El Código de Buenas Prácticassobre eutanasia para profesionales de Países Bajos ofrece una detallada información al respecto sobre cuestiones tanto prácticas, como legislativas. Enfoques éticos y maneras de proceder ante estas situaciones. Según el propio documento del Código: «El alto número de respuestas recibidas demuestra que los médicos (aparte de algunos comentarios críticos) consideran el código principalmente una valiosa fuente de información. Casi el 90% de los asesores conocía el código. Pero, por el contrario, casi el 80% de los médicos encargados no lo conocían.»

Otro ámbito a abordar, que todavía en España no se comenta, es el de la eutanasia neonatal. Se trata de la eutanasia practicada a recién nacidos, que en Países Bajos se ha convertido también en una opción legal y el Protocolo de Groningen permite identificar situaciones en las que puede ser apropiada. Se trataría de casos en los que los recién nacidos tuvieran deficiencias muy severas y circunstancias específicas.

Bélgica.

En Bélgica el procedimiento es similar, aunque no es necesario tener una edad determinada para solicitarla. En caso de tratarse de un menor de edad, es necesario el consentimiento paterno. Además, añade el caso del sufrimiento psíquico irremediable.

Es interesante echar un vistazo a este documento en el que los médicos realizan algunas aclaraciones sobre la eutanasia en Bélgica. En qué momentos, cómo y de qué manera se ha de proceder de acuerdo con la ley.

Fuera de la UE.

Colombia y Canadá también recogen la muerte digna como una posibilidad amparada dentro de la legalidad.

Para conocer el informe anual sobre Canadá y la eutanasia, pulse aquí. Y en este texto puede encontrar un pormenorizado análisis sobre la legislación canadiense en materia de muerte asistida.

En Portugal se intentó poner en marcha el proceso legislativo en el año 2018, pero no se llegó finalmente a conseguir.

Eutanasia pasiva.

Siempre y cuando el enfermo haya expresado su voluntad, la eutanasia pasiva consiste en «dejarle ir»: dejar de administrarle la medicación o ayuda que le permite estar vivo. Esto se permite en Suiza, Alemania o Austria.

También está reconocido en las legislaciones de Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia.

URUGUAY, JAPÓN Y LA INDIA. SÓLO SI ES PASIVA.


Uruguay cuenta desde 2014 con la ley 18.473 de Voluntad Anticipada, que establece que las personas mayores de edad y en plenas facultades psíquicas pueden oponerse a recibir los tratamientos médicos indicados, incluso si esto supone que pierdan la vida. Sería, por lo tanto, un caso de eutanasia pasiva, igual que ocurre en Japón y la India, donde la muerte digna está permitida solo en estos términos.

Sedación paliativa.

En España está permitida la también conocida como «sedación terminal». Se trata de un tratamiento reconocido por la Organización Médica Colegial y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos que la engloban dentro del tratamiento de los cuidados paliativos.

La diferencia con el suicidio asistido.

La principal diferencia es que en el caso de eutanasia, es necesaria la intervención médica. En el suicidio asistido, no. En este caso se trata de dispensar los medicamentos necesarios para terminar con la vida.

Existe una guía ética médica sobre el manejo del final de la vida y la muerte: unas directrices médico éticas de la Academia Suiza de Ciencias Médicas aprobada por el Senado de la ASSM en mayo de 2018. Puede consultarlo aquí.

En Suiza no se contempla castigo para quienes ayuden a otra persona a morir: eso sí, debe ser de manera altruista. Aquí puede consultar la información relativa al informe anual sobreayuda médica al suicidio en Suiza (año 2017)

Esto viene siendo así desde los años cuarenta. Precisamente porque era el único lugar del mundo donde esto era posible, se crearon organizaciones que prestaban ayuda a personas procedentes de todo el mundo que acuden a Suiza para acabar con su vida, y morir dignamente.

En Alemania, por ejemplo, existen sentencias que avalan la asistencia al suicidio, aunque la falta de legislación en este sentido hace que las decisiones queden al albur de los jueces.

En Washington, en Oregon y Vermont se plantea el suicidio asistido como un derecho a decidir de las personas.

Algunas asociaciones consideran que la Ayuda Médica para morir (MAID en inglés por sus siglas), no debe denominarse «suicidio asistido». Consideran que en el debate terminológico existe un tabú, que es el de la muerte voluntaria, que según ellos en Europa no ha tenido tanto calado como en Estados Unidos.

Las cifras.

Según la publicación del mes de abril de 2019 del observatorio de bioética, las muertes por eutanasia aumentan.

En el año 2017 murieron en el mundo más de 13.000 pacientes por suicidio asistido en los países en los que las prácticas están legalizadas.

Fuente: The Lancet


Si quiere profundizar más en esta cuestión, pulse aquí.

En Nueva Zelanda decidirán a través de un referéndum este año.

La ciudadanía neozelandesa decidirá durante los próximos meses sobre la práctica de la eutanasia. El Parlamento ha aprobado en el pasado mes de noviembre la Ley de Decisión Final de Vida, y permitirá a los enfermos adultos terminales que lo soliciten tener ayuda para morir. Pero solamente entrará en vigor si es refrendada por una mayoría de ciudadanos a través del referéndum que está previsto realizar este año.

Un paso más allá: La Vida Cumplida.

Estos días se ha conocido el debate que en Países Bajos están poniendo sobre la mesa. Se trata de considerar, de manera voluntaria, que una persona ya no quiere vivir más. Sin necesidad de dolencia, ni enfermedad. Sencillamente, cuando uno considera que «no quiere vivir más, porque ha cumplido con su vida».

Este debate está ahora mismo sobre la mesa. «El gobierno ha propuesto una legislación que daría acceso al suicidio asistido a los ciudadanos mayores que tengan la sensación de haber ‘completado’ su biografía. Esa legislación serviría a personas mayores “sanas” con un deseo real y bien reflexionado de terminar sus vidas, sintiendo además la necesidad de participar activamente en ello. Toda legislación en este sentido se sumaría a la actual Ley de Eutanasia que se dirige a personas con un sufrimiento insoportable e incurable, que tiene su origen (total o parcialmente) en una situación médica». Esta es parte de la reflexión que plantean en este documento donde se han publicado las reflexiones del Real Colegio de Médicos Holandés (KNMG) en torno a la «respuesta y  Posición del Gobierno sobre la Vida Cumplida».

Consulte aquí las distintas legislaciones vigentes:

A continuación le facilitamos las distintas legislaciones vigentes en la materia:

En contra.

Se trata de un tema controvertido, sobre todo desde la perspectiva de las religiones. En este sentido, el pasado mes de octubre representantes del cristianismo, el islam y el judaísmo firmaron una declaración conjunta en Roma donde pedía que la eutanasia y el suicidio asistido fueran prohibidos sin excepción en cualquier lugar del mundo, al considerarlo moral e intrínsecamente erróneos.

En el documento, que hizo público El Vaticano, rechazaban categóricamente cualquier presión o acción sobre los pacientes para inducirles a poner fin a sus vidas, apostando por el fomento de cuidados paliativos en casos en los que la medicina y la ciencia no puedan hacer nada para curar al paciente.

En el documento que presentaron también hacían referencia a la necesaria objeción de conciencia que deberían plantear los profesionales sanitarios a la hora de que les soliciten ayuda para morir.

El documento nació como iniciativa conjunta del rabino Avraham Steinberg y el Papa Francisco.