Si revisara exhaustivamente la
literatura científica, podría notar que hay algo capaz de disminuir el dolor
posquirúrgico, aumentar las tasas de supervivencia de los pacientes con cáncer,
reducir el índice de mortalidad de los pacientes cardíacos de alto riesgo y
recortar el índice de hospitalización de los pacientes diabéticos. Como si esto
no fuera suficiente, también puede mejorar el sistema inmunitario.
¿Qué es esta misteriosa
sustancia? Es la compasión, o mejor aún, los médicos compasivos. Antes de dejar
de leer, no cometa el error de confundir compasión con piedad o conmiseración.
La compasión no es un solo un
enunciado simpático, sino que se refiere más bien a la presencia y el
compromiso.
La importancia de la compasión
puede inquietar a los médicos que piensan que su deber es solo ser técnicamente
competentes y estar actualizados, los que piensan que es una cualidad natural
que tienen o no tienen, así como a ciertos especialistas en ética que piensan
que los médicos necesitan mantener una distancia profesional de sus pacientes.
Pero es fundamental para el
bienestar de los pacientes. El Dr. Robert Youngson, un anestesista, ha lanzado
una campaña para hacer que la atención de la salud sea más compasiva. Según su
investigación, hay dos tipos de médicos que se ajustan al perfil:
1) Los médicos empáticos: los
que naturalmente entienden que la empatía se genera centrando la atención en el
paciente.
2) Los médicos que han
asistido con éxito a un curso de habilidades de comunicación entre el médico y
su paciente. Las habilidades de comunicación se pueden aprender.
Por ejemplo, una buena técnica
para mostrar compasión, es simple: Las 3 T (talk or listen, take time and
touch), hablar o escuchar, dedicar tiempo y acariciar. Simplemente dedicar
tiempo para hablar y escuchar a los pacientes es reconfortante, al igual que
una caricia del médico.
¿Cuántos médicos se han vuelto
fríos y distantes después de perder su libertad y verse obligados a trabajar
como pequeños engranajes de una máquina grande? ¿Cuántos estudiantes de
medicina han perdido el entusiasmo o se sienten desmotivados antes de obtener
sus títulos? Este es un error pedagógico que se debe a un sistema educativo que
despersonaliza: distante e incapaz de dar pleno apoyo a los estudiantes,
dejándolos solos y sin un modelo a seguir.
La literatura científica
demuestra que este argumento puede aplicarse tanto a los profesionales
individuales como a las organizaciones. La personalidad, los valores y el
comportamiento reflejan los desempeños individuales, que son el camino hacia el
fracaso o el éxito de toda organización. La relación entre el médico y su
paciente es parte del proceso de curación.
En términos biológicos, la
empatía se puede explicar como "neuronas espejo". Estas son un tipo
de células cerebrales que se activan cuando alguien ejecuta una acción y
observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo.
Fueron descubiertas en los
años 90 por un equipo de investigadores italianos que encontraron neuronas
individuales en el cerebro de los monos que se activaban cuando agarraban un
objeto y también cuando veían a otro primate agarrar el mismo objeto.
Pero las neuronas espejo
también existen en las áreas cerebrales que manejan las emociones.
Esto significa que somos
capaces de reconocer las emociones de otras personas simplemente observándolas.
Cuando observamos a alguien, las neuronas espejo se activan y nos permiten
sentir, al menos en parte, las emociones de la persona que estamos observando.
Estos espejos
"empáticos" se activan tanto cuando experimentamos una emoción como
cuando observamos a alguien que está experimentando esa misma emoción. Este
logro extraordinario proporciona los fundamentos neurofisiológicos de la
empatía.
"Es la relación que
cura", dice el Dr. Irvin D. Yalom, profesor de Psiquiatría de la
Universidad de Stanford; quien subraya la importancia de las relaciones
cualitativas sobre la teoría. Una relación es estrictamente personal, una buena
relación se basa en el cuidado y la voluntad de aliviar el sufrimiento de los
pacientes.
Según el psicólogo
estadounidense Carl Rogers, hay tres elementos principales en una buena
relación médico-paciente: empatía, honestidad y autenticidad.
Rollo May, psicólogo y
teólogo, aplica la palabra griega "ágape" o "cáritas" del
latín a la compasión, para subrayar lo que es esencial en una relación
terapéutica: una emoción de respeto y afecto (se aplica tanto a ágape como a
cáritas). Comparte el punto de vista del Royal College of General Practitioners
(RCGP), cuyo lema es: "Cum Scientia caritas - Compasión con
conocimiento". Todo parece servir.
Si trabajamos con la atención
centrada en el paciente, si el propio paciente siente que se le atiende con
seriedad y el médico aborda sus necesidades, esto conducirá a una reducción del
derroche en la atención sanitaria.
Nuestro propósito es estimular
un debate sobre cómo mejorar la formación médica, dado los resultados positivos
de las investigaciones; un debate sobre cómo estar actualizado y ser compasivo
al mismo tiempo.
Al borde de la cuarta
revolución industrial y de una ola de cambio en la era digital, la compasión
sigue siendo una herramienta valiosa para aquellos que quieren dar forma a las
innovaciones en lugar de ser abrumados por ellas.
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